Bulgaria insiste en potenciar la fuente nuclear
14/08/2013
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ACTUALIDAD |
La técnica innovadora permite reducir los residuos radioactivos de baja y media actividad a un volumen hasta 80 veces inferior al inicial, debido a las altas temperaturas a las que son sometidos.
La central nuclear de Kozloduy, ubicada a 200 kilómetros de Sofía, será el próximo destino de una planta de tratamiento de residuos radiactivos por tecnología de plasma desarrollada por Iberdrola Ingeniería junto a la empresa Belgoprocess.
Esta nueva instalación tiene capacidad para reducir significativamente el volumen de los residuos tras someterlos a temperaturas de hasta 5.000 grados centígrados, lo que la filial de Iberdrola considera “revolucionario” para el sector nuclear.
La compañía informó a principios de agosto la conclusión exitosa de los ensayos de rigor en las instalaciones de la compañía Europlasma Inertam, ubicadas en la localidad francesa de Morcenx, al que tuvieron acceso diversas empresas interesadas en incorporar este sistema.
La técnica innovadora permite reducir los residuos radioactivos de baja y media actividad a un volumen hasta 80 veces inferior al inicial, debido a las altas temperaturas, que dan como resultado un residuo líquido que, al enfriarse, se vitrifica en uno sólido y es, posteriormente, embidonado y cementado.
El proyecto, que había sido reseñado por Energy News en abril, se consolidó después de que Iberdrola se adjudicara junto a Belgoprocess el contrato en una licitación por 30 millones de euros, cofinanciados por el Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo y fondos aportados por la central de Kozloduy.
La empresa búlgara invierte en este proyecto aunque según la World Nuclear Association ya cuenta con una planta de tratamiento para residuos de baja y mediana actividad y una infraestructura de almacenamiento
Señales de alarma
Hasta la fecha, la central nuclear de Kozloduy concentra toda la producción nuclear búlgara y genera aproximadamente el 35% del consumo energético nacional, lo que no le ha permitido pasar ilesa de controversias en un país que busca expandir su industria nuclear.
Aunque inició sus operaciones con seis reactores nucleares, actualmente opera sólo con dos de ellos, después de que negociaciones entre el Gobierno búlgaro y la Comisión Europea se resolvieran con la desactivación de los otros debido a preocupaciones respecto a su escasa seguridad.
Sin embargo, las autoridades búlgaras han continuado con su esfuerzo por expandir su potencial nuclear. Según la organización ecologista Greenpeace, el país es actualmente el segundo mayor exportador de energía nuclear en Europa Central y planea aumentar su capacidad mediante la reapertura de las reactores cerrados y la construcción de una nueva planta en Belene, en la provincia de Pleven, un proyecto que se vislumbra posible después de muchas controversias debido a la poca participación en un referendo que organizó el Gobierno sobre esta cuestión,, que devolvió la discusión al Parlamento.
Estos esfuerzos motivaron también la solicitud departe de las autoridades nacionales de una inspección a la planta de Kozloduy departe de un equipo designado por la Agencia Internacional de Energía Atómica que comenzó el 26 de noviembre de 2012 y concluyó con varias recomendaciones para la mejora de las condiciones de seguridad, al detectar que no existían ciertas guías de gestión de accidentes ni protocolos para la evaluación de la dosificación neutrónica, además de que los análisis de las causas de ciertas novedades en la planta no se realizan siempre de manera exhaustiva y oportuna.
Iberdrola Ingeniería confirma en un comunicado de prensa que con la nueva tecnología, Kozloduy “abrirá una nueva puerta al sector de la energía nuclear” mediante el tratamiento de residuos de baja y mediana actividad. Sin embargo, las organizaciones ecológicas mantienen su exigencia de abandono de la fuente nuclear y atómica en la producción de energía debido a las preocupaciones surgidas por los devastadores efectos que ha tenido la falta de medidas de seguridad pertinente.
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